Autor: prof. Miguel Zambrano
Las innovaciones tecnológicas cada día van en ascenso, la globalización en creciente expansión, el incremento de la información, los medios de comunicación, la evolución de los conocimientos, la ciencia, nuevos paradigmas, nuevas corrientes filosóficas; son indicadores que muestran el auge de la interconectividad humana y por tanto la consolidación de la aldea global (término acuñado por el teórico canadiense Marshall McLuhan). Por consiguiente el constante progreso de la humanidad, tiende a ir cerrando los tipos de brechas que persisten en la sociedad global, tales como la digital, de conocimiento, analfabetismo, distanciamiento entre las naciones, la economía, entre otras cosas.
No obstante, en el mundo reinan actitudes de mezquindad y egoísmo, que son uno de tantos obstáculos que impiden emprender en la realización de estrategias que permitan reducir o minimizar, los distintos elementos que mantienen la existencia de la desigualdad de la población, en la distribución de las riquezas. Sin embargo, se sugiere atacar este problema desde otro punto de vista, que quizás pudiera ser la fórmula para los políticos y que se debe considerar para la solución de este contraste en la que está inmerso el mundo. Por ejemplo; que los políticos apliquen planes estratégico para potenciar los sectores productivo de la economía y atender los problemas sociales del pueblo; que se promueva el campo científico; que se aplique planes educativos eficientes, de vanguardia, competitivo con las mejores educación del mundo, donde permanentemente evalué y supervise la productividad del proceso de principio a fin, de manera que entre otras cosas, reduzca a cero la deserción y la exclusión. Y en el área laboral, las reglas deben ser claras, para que tiendan a fomentar y generar oportunidades y ascenso del talento humano de acuerdo a los principios de la meritocracia y en consonancia con el desempeño, rendimiento y la productividad del trabajador.
Desde esta panorámica, la educación, enmarcada rígidamente con principios de eficiencia y alto rendimiento en el desempeño, es el factor que puede contribuir a encaminarse hacia el desarrollo de la sociedad, conjuntamente con el resto de los sectores productivos.
Para llegar a este escenario se requiere desarrollar permanentemente planes educativos, de capacitación y entrenamiento que estimule el talento humano a sentirse consustanciado con los objetivos de la organización, de modo que teniendo al frente de la institución un líder proactivo, sin menoscabar al líder reactivo, cree un ambiente de satisfacción colectiva de su talento humano, por el excelente proceso marqueting generado no solo para la organización, sino también para la satisfacción del cliente y por el éxito de la labor cumplida en la organización. Es evidente entonces que este tipo de condiciones arroja excelentes resultados que se traduce en actitudes y aptitudes del talento humano de forma recíproca con el resto de los integrantes de la organización. Estas satisfacciones implican laborar en un ambiente de cordialidad, de identificación y con sentido de pertenencia hacia la organización.
En consecuencia, la organización debe prever en su planificación, la aplicación de inversiones de recursos para la realización de programas de educación y capacitación del talento humano, a fin de que siempre pueda prevenir, cualquiera sea el problema que tenga que afrontar, con la Implementación de nuevas estrategias cuando el desempeño de la organización se vea amenazado por agentes internos y externos. Y así de esta manera garantizar el funcionamiento eficiente de la organización.
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